Atlántida:Cuarta Parte; Conclusiones

Posteado por Erik | Posteado en | Posteado a las 21:30

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Quiero comenzar disculpándome por el retraso de la entrada y es que no he tenido mucho tiempo en estos últimos días, miren nomas la hora que actualizo, siendo de madrugada; realmente lo siento.

Bueno, a lo que vine, llevamos ya algunos días y varias entradas con el tema Atlántida y es que como bien se habrán dado cuenta, era imposible resumir todo en un simple post, sin llegar a convertir el contenido en una leyenda sin importancia. Para todos aquellos valientes que llegaron a leer todo lo expuesto por mi amigo Pablo, les resultara el tema tan intrigante como nos lo pareció a nosotros; es más, toda esa información dejada por Platón en sus escritos nos llevo a una interrogante: ¿Cómo es que los diálogos contienen tanta información y detalle de una civilización de la que Platón solo había escuchado hablar por parte de Solón?

La pregunta nos lleva nuevamente a la teoría de que aquel famoso continente perdido no era más que una alegoría enriquecida y perfeccionada por nuestro filósofo griego, para mostrar eficazmente sus ideas de república más el progreso que esta llevaría, a su vez dar una lección a la humanidad para cambiar su conducta (en más de 9000 años eso sigue igual).

Al igual que a muchos de ustedes, la simpleza de la hipótesis anterior nos deja con un gran desazón, el cual nos lo quitaremos con la respectiva réplica: La Atlántida no puede ser sólo una buena leyenda con moraleja por una simple realidad y es la de mostrar su existencia en otras civilizaciones; es decir, una cultura tan antigua como la egipcia (la segunda más antigua del planeta) ha dejado jeroglíficos e información sobre su existencia, además de que en cada supuesto lugar de residencia de la Atlantida, se encuentra pistas y similitudes con lo descrito por Platón, esas no son simples palabras, son hechos reales que dan a conocer que sí hubo algo, el que y como aun es una incógnita.

Todo lo mencionado, leído, visto e interpretado, nos arrojan diferentes teorías, cada una más fuerte que la otra y a su vez absurda, lo que nos lleva a una interesante opción: Las dos alternativas anteriores son ciertas, paso a explicarlo mejor.

Puede que La Atlántida propiamente dicha sí haya existido, que contaba con prosperidad y gran fuerza militar, pero con las inclemencias de la naturaleza y también el continuo cambio del planeta, hayan formado un cataclismo de tal magnitud que logró destruir todo un continente, dejando algunos sobrevivientes dispersos, quienes se encargaron de dejar señas de sus orígenes. Sólon, abuelo de Platón, recibe este conocimiento de un sacerdote egipcio y se los transmite a su nieto, quien maravillado por la historia, decide transmitir a la época ese conocimiento, sembrando al relato sus propias semillas y decorándolo a modo de lección, de modo que él resultado es lo que todos conocemos.

Todo esto nos llevaría a responder la pregunta lanzada en la segunda parte ¿Estamos buscando bien?, si seguimos el camino de esta conclusión, la respuesta es sí, no se debe buscar la "Leyenda Atlantida" (como en el caso de Troya que resultó siendo verdad), se debe buscar la "Cultura Atlante" a modo de estudio. En busca de este lugar, se han encontrado detalles históricos nuevos de diferentes civilizaciones, unas ya descubiertas, otras que salen a la luz; así como estas, deben haber muchas otras en espera de ser conocidas, como el caso de Caral en Perú, que en 1997, dio a conocer al mundo que en América, existía una cultura a la par con las 5 grandes originarias del mundo.

El mundo está lleno de misterio y el ser humano nada conoce en comparación a lo que hay, de modo que una vida no bastaría para descubrir lo que hay y hasta donde se puede llegar, a cada generación le toca sacar su propia conclusión de lo que le tocó vivir y conocer, sobre este tema, está es a la que llegamos Pablo y yo, espero que les haya gustado leer sobre el tema y que sigan visitándonos. Ahora nos tomaremos un par de días y retomaremos con el tema Troya, de mito a realidad.

Muchas gracias por seguirnos, agradecimientos en especial a Mc Dammon que es el único en comentar *_*

Suerte a todos.

Aurotes del blog: Erik & Pablo

Atlántida: Tercera Parte; Dialogos.

Posteado por Pól | Posteado a las 18:53

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Como bien se sabe (Para los que tengan una noción básica de lo escrito) Al comienzo del Diálogo, Sócrates hace mención a una discusión del día anterior sobre una sociedad "perfecta", (Platón realiza aquí su referencia a la obra "La República", escrita unos años antes). Sócrates, ante éstas hipotéticas discusiones de sus estudiantes, les propone que hagan una tarea: ejemplificar la perfección de una sociedad que vive de acuerdo a los preceptos expuestos en "La República" y que comienza una guerra justa contra otra nación. Critias, decide ser el primero y es quién empieza la exposición.

Introducido el tema, me gustaría pasar a analizar los puntos "candentes" del escrito del gran Platón (Recordemos que los diálogos datan del 350 A.C, más o menos). Quizás sea imposible acabar el análisis en esta entrada, el escrito es bastante largo, con lo cuál, me centraré, hoy, exclusivamente en esas partes, que llaman más la atención. Dicho esto, con su permiso, desearía comenzar,no sin antes, animarles a levantarse a por una bebida, incluso un bocadillo o tentenpie, porque tal vez la lectura, se les haga larga e incluso, algo pesada. ¿Por qué?, porque la descripción física del continente, la pondré tal cuál el mismo Platón la menciona en sus diálogos, y esta, se data por ser extensa. Pero tal tema, creo que realmente merece un leve sacrificio, eso sí, si sus ojos corren severo riesgo, la salud es lo primero.

Como bien mencionó anteriormente mi compañero, erróneamente se cree que la historia fue comenzada por Platón. Quisiera alejarme de tal hipótesis, por el hecho de que Platón fue informado de la existencia del imperio Atlante, por el que fuera su abuelo, y la historia, en el mundo helénico de la época, introducida por Solón. Pero esto, va más lejos, y llega de antes.

El Imperio Atlante era ya conocido por el antiguo Egipto, civilización realmente admirable. Manejaban la historia de una civilización de una cultura, civilización, tecnología y avances políticos y médicos, desorbitados para dicha época. Dicha civilización, con el tiempo, fue presa de la ambición de poder, pues dominaban las rutas marítimas y a medida que avanzaban, conquistaba lo que a su paso se encontraba. Esa ambición, les llevó a querer conquistar fronteras demasiado lejanas (Repito, para la época) y a embarcarse en la empresa de conquistar la península helénica (Hoy Grecia). Los Atenienses, adquirieron poderosa fama, pues fueron capaces de derrotar al poderoso imperio Atlante, frenando sus ambiciones de conquista y preservando el dominio del tan ansiado, mare nostrum (Mar mediterráneo), el cuál era signo de poderío, para quién lo dominase.

9000 años antes de la época de Solón (El que fuera informado sobre la Atlántida por sacerdotes Egipcios), existió una civilización, como la descrita anteriormente. Habitaba frente a las columnas de Hércules (No en los Andes, frente a Siria, en el mediterraneo...), las columnas de Hércules es el estrecho de giraltar, que separa Europa de Africa y desembocadura del mediterráneo en el océano Atlántico (Nombre en referencia al imperio del que hablamos).

Los sacerdotes, le mencionan a Solón que su cultura habla de un diluvio y antes de éste, la existencia de nada, el sacerdote le corrige, expresándole que antes de tal diluvio, existieron otros, como existieron otras civilizaciones, las cuales tuvieron su época dorada y su posterior ocaso. El sacerdote, también realiza una referencia a como eran la civilización hacia 9000 años, mencionando que sus leyes no distaban mucho de las actuales, así como sus costumbres y sabiduría (Recordemos que la existencia de Atenas, data con cifras siempre aproximadas, de unos 3000 años, más o menos, refiriéndome a los que habitan esa zona de la actual Grecia).

Su mención al gobierno Atlante, es algo pobre pero deja ver algo, lo cuál catalogaría como erronea la búsqueda actual de la civilización perdida.

En dicha isla, Atlántida, había surgido una confederación de reyes grande y maravillosa que gobernaba sobre ella y muchas otras islas, así como partes de la tierra firme. En este continente, dominaban también los pueblos de Libia, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia.

Desde Libia hasta Egipto y Europa (Suponiendo que se refiera a la península Ibérica, hasta Tirrenia, ciudad de la península Itálica, hoy circundante a Pisa). Un imperio lo que se dice, extenso y grande, no un Cartago, que bordea el mediterráneo o un Esparta... Hablamos de un Imperio, superior en tamaño al mismísimo imperio Romano, ¿Puede desaparecer la cultura y vestigios de una raza existente hace más de 10.000 años, que se extendió por parte de África y Europa?





Realmente en Timeo, Platón, como ven, se centra en lo que era el mundo (Según los sacerdotes del antiguo Egipto, los cuales se lo dijeron a Solón), 9000 años antes de aquella época actual. También refleja como las leyes Egipcias y Atenienses, no eran muy distintas entre ellas, no en vano eran hijos de la misma diosa (Atenea). Si bien, no deja al imperio Atlante muy bien parado, dado que los dibuja como una sociedad belicosa y soberbia, en Critias pasará a describir algo más lo que eral el famoso continente perdido.


Pasemos a Critias.

Critias, he de advertir, es una obra que nunca fue finalizada. ¿Por qué?, solamente Platón lo sabe.

Aquí, Platón pasa a describir el continente Atlante con exactitud, así como sus canales, vida social, infraestructura y actos religiosos. También las tierras que conforman aquel basto imperio, el cuál se decía que de gran extensión, podía cruzarse el océano hacia el otro lado.

El centro de la isla era ocupado por una gran llanura que se dirigía hacia el mar, la cual era una de las más bellas y en su centro, a su vez, había una montaña baja por la gran mayoría de sus partes, que distaba unos cincuenta estadios del mar (Medida en la cuál se marcaban las distancias en aquellos años). En la mencionada montaña vivía uno de los hombres que había nacido en la tierra de aquel lugar, de nombre Evenor, que vivía con su esposa Leucipe. Tuvieron una sola hija, Clito, cuando la muchacha, ya en edad, alcanzó la mencionada, de tener un marido, mueren sus padres. Poseidón la desea y se junta a ella, y, para defender bien la colina en la que habitaba, la aísla por medio de anillos alternos de tierra y mar de mayor y menos tamaño: dos de tierra y tres de mar en total, sacados a partir del centro de la isla, todas a la misma distancia por todas sus partes, en sentido de que la colina, fuese inaccesible para cualquier ser humano.


En aquellos tiempos, la navegación aún era una utopía. Él mismo, dado que era un Dios, ordenó de forma sencilla la isla que se hallaba en pleno centro: (A partir de aquí pondré el extracto literal de los diálogos) hizo subir dos fuentes de aguas subterráneas a la superficie -una fluía caliente del manantial y la otra fría- e hizo surgir de la tierra alimentación variada y suficiente. Engendró y crió cinco generaciones de gemelos varones, y dividió toda la isla de Atlántida en diez partes, y entregó la casa materna y la parte que estaba alrededor, la mayor y mejor, al primogénito de los mayores y lo nombró rey de los otros. A los otros los hizo gobernantes y encargó a cada uno el gobierno de muchos hombres y una región de grandes dimensiones. A todos les dio nombres: el mayor y rey, aquel del cual la isla y todo el océano llamado Atlántico tienen un nombre derivado; porque el primero que reinaba entonces llevaba el nombre de Atlante. Al gemelo que nació después de él, al que tocó en suerte la parte externa de la isla, desde las columnas de Heracles hasta la zona denominada ahora en aquel lugar Gadirica, le dio en griego el nombre de Eumelo, pero en la lengua de la región, Gadiro. Su nombre fue probablemente el origen del de esa región. A uno de los que nacieron en segundo lugar lo llamó Anferes, al otro, Evemo. Al que nació primero de los terceros le puso el nombre de Mneseo y al segundo, Autóctono. Al primero del cuarto par le dio el nombre de Elasipo, y el de Méstor al posterior. Al mayor del quinto par de gemelos le puso el nombre de Azaes y al segundo, el de Diáprepes. Todos estos y sus descendientes vivieron allí durante muchas generaciones y gobernaron muchas otras islas en el océano y también dominaron las regiones interiores hacia aquí, como ya se dijo antes, hasta Egipto y Etruria.



La estirpe de Atlas llega a ser numerosa y distinguida. El rey más anciano transmitía siempre al mayor de sus descendientes la monarquía, y la conservaron a lo largo de muchas generaciones. Poseían tan gran cantidad de riquezas como no tuvo nunca antes una dinastía de reyes ni es fácil que llegue a tener en el futuro y estaban provistos de todo de lo que era necesario proveerse en la ciudad y en el resto del país. En efecto, aunque importaban mucho del exterior a causa de su imperio, la mayoría de las cosas necesarias para vivir las proporcionaba la isla. En primer lugar, todo lo que, extraído por la minería, era sólido o fusible, y lo que ahora sólo nombramos -entonces era más que un nombre la especie del oricalco que se extraía de la tierra en muchos lugares de la isla, el más valioso de todos los metales entre los de entonces, con la excepción del oro- y todo lo que proporciona el bosque para los trabajos de los carpinteros, ya que todo lo producían de manera abundante y alimentaba, además, suficientes animales domésticos y salvajes. En especial, la raza de los elefantes era muy numerosa en ella. También tenía comida el resto de los animales que se alimenta en los pantanos, lagunas y ríos y los que pacen en las montañas y en las llanuras, para todos había en abundancia y así también para este animal que es por naturaleza el mayor y el que más come. Además, producía y criaba bien todo lo fragante que hoy da la tierra en cualquier lugar, raíces, follaje, madera, y jugos, destilados, sea de flores o frutos. Pero también el fruto cultivado, el seco, que utilizamos para alimentarnos y cuanto usamos para comida -denominamos legumbres a todas sus clases- y todo lo que es de árboles y nos da bebidas, comidas y aceites, y el que usamos por solaz y placer y llega a ser difícil de almacenar, el fruto de los árboles frutales, y cuantos presentamos como postres agradables al enfermo para estímulo de su apetito, la isla divina que estaba entonces bajo el sol, producía todas estas cosas bellas y admirables y en una cantidad ilimitada. Como recibían todas estas cosas de la tierra, construyeron los templos, los palacios reales, los puertos, los astilleros, y todo el resto de la región, disponiéndolo de la manera siguiente.

En primer lugar, levantaron puentes en los anillos de mar que rodeaban la antigua metrópoli para abrir una vía hacia el exterior y hacia el palacio real. Instalaron directamente desde el principio el palacio real en el edificio del Dios y de sus progenitores y, como cada uno, al recibirlo del otro, mejoraba lo que ya estaba bien, superaba en lo posible a lo anterior, hasta que lo hicieron asombroso por la grandeza y belleza de las obras. A partir del mar, cavaron un canal de trescientos pies de ancho, cien de profundidad y una extensión de cincuenta estadios hasta el anillo exterior y allí hicieron el acceso del mar al canal como a un puerto, abriendo una desembocadura como para que pudieran entrar las naves más grandes. También abrieron, siguiendo la dirección de los puentes, los círculos de tierra que separaba los de mar, lo necesario para que los atravesara un trirremes, y cubrieron la parte superior de modo que el pasaje estuviera debajo, pues los bordes de los anillos de tierra tenían una altura que superaba suficientemente al mar. El anillo mayor, en el que habían vertido el mar por medio de un canal, tenía tres estadios de ancho. El siguiente de tierra era igual a aquel. De los segundos, el líquido tenía un ancho de dos estadios y el seco era, otra vez, igual al líquido anterior. De un estadio era el que corría alrededor de la isla que se encontraba en el centro. La isla, en la que estaba el palacio real, tenía un diámetro de cinco estadios. Rodearon ésta, las zonas circulares y el puente, que tenía una anchura de cien pies, con una muralla de piedras y colocaron sobre los puentes, en los pasajes del mar, torres y puertas a cada lado. Extrajeron la piedra de debajo de la isla central y de debajo de cada una de las zonas circulares exteriores e interiores; las piedras eran de color blanco, negro y rojo. Cuando los extranjeros, construyeron dársenas huecas dobles en el interior, techadas con la misma piedra. Unas casas eran simples, otras mezclaban las piedras y las combinaban de manera variada para su solaz, haciéndolas naturalmente placenteras. Recubrieron de hierra, al que usaban como si fuera pintura, todo el recorrido de la muralla que circundaba el anillo exterior fundieron casiterita sobre la muralla de la zona interior, y oricalco, que poseía unos resplandores de fuego, sobre la que se encontraba alrededor de la Acrópolis El palacio dentro de la Acrópolis estaba dispuesto de la siguiente manera. En el centro, habían consagrado un templo inaccesible a Clito y Posidón, rodeado de una valla de oro: ese era el lugar en el que al principio concibieron y engendraron la estirpe de las diez familias reales. De las diez regiones enviaban cada año hacia allí frutos de la estación como ofrendas para cada uno de ellos. Había un templo de Posidón de un estadio de longitud y trescientos pies de ancho. Su altura parecía proporcional a estas medidas, puesto que tenía una forma algo bárbara. Recubrieron todo el exterior del templo de plata, excepto las cúpulas, que revistieron de oro. En el interior, el techo de marfil, entremezclado con oro, plata y oricalco, tenía una apariencia multicolor. Revistieron las paredes, columnas y pavimento de oricalco. Dentro del templo colocaron imágenes de oro: El dios de pie sobre un carro llevaba las riendas de seis caballos alados y tocaba, a causa de su altura, el techo con la cabeza; lo rodeaban cien nereidas sobre delfines -pues los de aquel entonces creían que eran tantas. En el interior había muchas otras estatuas que eran exvotos de particulares. Afuera, alrededor del templo, había estatuas de oro de todos, de las mujeres y de los hombres que habían pertenecido a la familia de los diez reyes, así como muchos otros exvotos grandes de los reyes y de particulares de la ciudad y de todas las regiones exteriores que dominaron. Había un altar que concordaba en su grandeza y su manufactura con esta construcción. El palacio, igualmente, se adecuaba a la grandeza del Imperio, así como al orden alrededor del templo. Para utilizar las fuentes de agua fría y caliente que por naturaleza tenían una abundante cantidad de agua en sabor y calidad excelente para el uso, construyeron alrededor edificios, hicieron plantaciones de árboles adecuadas a las aguas, levantaron cisternas al aire libre e invernales cubiertas para los baños calientes -aparte las reales, las públicas y las privadas, además de otras para mujeres y otras para caballos y el resto de los animales de tiro- y ordenaron convenientemente cada una de ellas. Dirigieron la corriente de agua hacia el bosque sagrado de Posidón -múltiples y variados árboles de belleza y altura sobrenatural por la calidad de la tierra- y hacia los círculos exteriores por medio de canales que seguían la dirección de los puentes. Habían construido en aquel lugar muchos templos para muchos dioses, muchos jardines y muchos gimnasios, unos de hombres, otros, separados, de caballos, en las dos islas de los anillos. Además, en el centro de la isla mayor había un hipódromo de un estadio de ancho colocado aparte, cuya extensión permitía que los caballos compitiesen libremente todo el perímetro. Alrededor de este había, aquí y allí, casas de guardia para la mayoría de guardianes. La guardia de los más fieles estaba dispuesta en el anillo más pequeño y más cercano a la acrópolis y a los que más se distinguían en su fidelidad les habían dado casas dentro de la acrópolis en torno a los reyes. Los astilleros estaban llenos de trirremes y de todos los artefactos correspondientes, todo adecuadamente preparado. Los alrededores de la casa de los reyes estaban arreglados de la siguiente manera: cuando se atravesaban los puertos desde afuera -que eran tres- una muralla se extendía en círculo, a partir del mar -a cincuenta estadios por todas partes el anillo mayor y de su puerto- y se cerraba en la desembocadura del canal en el mar. Muchas casas poblaban densamente toda esta zona; la entrada del mar y el puerto mayor estaban llenos de barcos y comerciantes llegados de todas partes que, por su multitud, ocasionaban vocerío, ruido y bullicio variado de día y de noche.





Ahora ya tenemos recordados la ciudad y los alrededores de la antigua edificación, tal y como se describieron entonces. Debemos intentar recordar el resto de la región, como era su naturaleza y su forma en que estaba ordenado. En primer lugar, se decía que todo el lugar era muy alto y escarpado desde el mar, pero que los alrededores de la ciudad eran llanos, suaves y planos, circundados a su vez de montañas que llegaban hasta el mar. Esta llanura era de forma oblonga y tenía por un lado tres mil estadios y dos mil en el centro desde el mar hacía arriba. Esta zona de la isla estaba de cara al viento sur, de espaldas a la constelación de la Osa y protegida por el viento del norte. Entonces se loaba que las montañas que la rodeaban superaban por su número, grandeza y belleza a todas las que hay ahora y que tenían en ellas muchas ricas aldeas de vecinos, ríos, lagos y prados que daban alimento suficiente a todos los animales, domésticos y salvajes, bosques variados en cantidad y especie que proveían abundantemente para todas y cada una de las obras. La naturaleza y muchos reyes, con su largo esfuerzo, habían conformado la llanura de la siguiente manera. En su mayor parte era un cuadrilátero rectangular, y lo que faltaba para formarlo lo había corregido por medio de una fosa cavada a su alrededor. Aunque la profundidad, ancho y longitud que les atribuyeron eran tan grandes, sin contar con las otras obras, que resultaba increíble para algo hecho por las manos del hombre, debemos decir los que escuchamos. Habían cavado una profundidad de cien pies; el ancho era en todos lados de un estadio y, como había sido cavada alrededor de toda la llanura, llegaba a la ciudad por ambos lados y allí dejaba fluir el agua al mar. Desde su parte superior habían abierto canales rectos de cien pies de ancho que corrían a lo ancho de la llanura hasta desembocar nuevamente en la fosa que daba al mar y distaban entre sí cien estadios de distancia uno de otro. Así bajaban a la ciudad la madera de las montañas y proveían con barcos el resto de los productos estacionales, ya que habían abierto comunicaciones transversales de unos canales a otros y hacia la ciudad. Cosechaban la tierra dos veces por año, en invierno con las aguas provenientes de Zeus, y en verano conducían desde los canales las corrientes que produce la tierra.

En cuanto número, estaba dispuesto que cada distrito de la llanura con hombres útiles para la guerra proveyera un jefe. La extensión del distrito era de diez veces diez estadios y los distritos era sesenta mil. Se decía que la cantidad de hombres de la montaña y del resto de la región era innumerable; todos estaban distribuidos en estos distritos y asignados a jefes según las zonas y las aldeas. Estaba reglamentado que cada jefe proveyera en caso de guerra la sexta parte de un carro de guerra hasta diez mil carros, dos caballos y jinetes, además de un par de caballos sin carro, un infante con escudo pequeño y el guerrero que lucha sobre el carro y conduce los dos caballos, dos hoplitas, arqueros y honderos, también dos cada uno, lanzadores de piedras y lanceros con armamento ligero, tres cada uno, y cuatro marineros para cubrir la tripulación de mil doscientas naves. Así estaba dispuesto lo concerniente a la guerra en la ciudad real, lo de las nueve restantes lo estaba de otra manera que llevaría mucho tiempo relatar.



Lo relativo a los puestos de gobierno y los honores estuvo ordenado desde el principio de la siguiente manera. Cada uno de los diez reyes imperaba sobre los hombres y sobre la mayoría de las leyes en su parte y en su ciudad, y castigaba y mataba a quien quería. El gobierno y la comunidad de los reyes se regían por las disposiciones de Posidón tal como se las transmitía la constitución y las leyes escritas por los primeros reyes en una columna de oricalco que se encontraba en el centro de la isla en el templo de Posidón, dónde se reunían, bien cada lustro, bien, de manera alternativa, cada seis años, ara honrar igualmente lo par y lo impar. En las reuniones, deliberaban sobre los asuntos comunes e investigaban si alguno había infringido algo y lo sometían a juicio. Cuando iban a dar veredicto se daban primero las siguientes garantías unos a otros. Rogaban a Posidón que tomara la ofrenda sacrificial que le agradara de entre los toros sueltos en su templo y ellos, que eran sólo diez lo cazaban sin hierro, con maderas y redes. Al que atrapaban lo conducían hacia la columna y lo degollaban encima de ella haciendo votos por las leyes escritas. En la columna, junto a las leyes, había un juramento que proclamaba grandes maldiciones para os que las desobedecieran. Tras hacer el sacrificio según sus leyes y ofrecer todos los miembros del toro, llenaban una cratera y vertían en ella un coagulo de sangre por cada uno. El resto lo arrojaban al fuego una vez que habían limpiado la columna. Luego, mientras extraían sangre de la cratera con fuentes doradas y hacían una libación sobre el fuego, juraban juzgar según las leyes de la columna y castigar si alguien hubiera infringido algo antes, y, además, no infringir intencionalmente en el futuro ninguna de las leyes escritas, ni gobernar ni obedecer a ningún gobernante, excepto aquel que ordenara según las leyes del padre. Una vez que cada uno de ellos hubo prometido esto de sí y de su estirpe, bebido y dedicado la fuente como exvoto en el templo del dios y se hubo ocupado de la comida y de las otras necesidades, cuando llegaba la oscuridad y se había enfriado el fuego sacrificial se vestían con un bellísimo vestido púrpura y se sentaban en el suelo junto a las ascuas del juramento sacrificial. Durante la noche, tras apagar el fuego que se encontraba alrededor del templo, eran juzgados y juzgaban si alguien acusaba a alguno de ellos de haber infringido alguna ley. Cuando terminaban de juzgar, ala hacerse de día, escribían los juicios en una tablilla de oro y la ofrendaban como recuerdo junto con las vestimentas. Había muchas otras leyes especiales acerca de los honores de cada uno de los reyes; lo más importante: no atacarse nunca unos a otros y ayudarse todos en caso de que alguien intentara destruir la estirpe real en alguna de sus ciudades, y tomar en común, como antes, las determinaciones concernientes a la guerra y a otras actividades, bajo la conducción de la estirpe de Atlante. Ningún rey podía matar a ninguno de su parientes, si no contaba con la aprobación de más de la mitad de los diez.



Según el relato, tan gran potencia y de tales características existentes entonces en aquellas zonas ordenó y envió el Dios contra nuestras tierras por la siguiente razón. Durante muchas generaciones, mientras la naturaleza del Dios era suficientemente fuerte, obedecían las leyes y estaban bien dispuestas hacia lo divino emparentado con ellos. Poseían pensamientos verdaderos y grandes en todo sentido, ya que aplicaban la suavidad junto con la prudencia a los avatares que siempre ocurren y unos a otros, por lo que excepto la virtud, despreciaban todo lo demás, tenían en poco las circunstancias presentes y soportaban con facilidad, como una molestia, el peso del oro y de las otras posiciones. No se equivocaban, embriagados por la vida licenciosa, ni perdían el dominio de sí a causa de la riqueza, sino que, sobrios, reconocían con claridad que todas estas cosas crecen de la amistad unida a la virtud común, pero que con la persecución y la honra de los bienes exteriores, estos decaen y se destruye la virtud con ellos. Sobre la base de tal razonamiento y mientras permanecía la naturaleza divina, prosperaron todos sus bienes, que describimos antes. Más cuando se agotó en ellos la parte divina porque se había mezclado muchas veces con muchos mortales y predominó el carácter humano, ya no pudieron soportar las circunstancias que los rodeaban y se pervirtieron, y al que los podía observar les parecían desvergonzados, ya que habían destruido lo más bello de entre lo más valioso, y los que no pudieron observare la vida verdadera respecto de la felicidad, creían entonces que eran los más perfectos y felices, porque estaban llenos de injusta soberbia y de poder. El Dios de Dioses Zeus, que reina por medio de leyes puesto que puede ver tales cosas, se dio cuenta de que una estirpe buena estaba dispuesta de manera indigna y decidió aplicarles un castigo para que se hicieran más ordenados y alcanzaran la prudencia. Reunió a todos los dioses en su mansión más importante, la que, instalada en el centro del universo, tiene vista a todo lo que participa de la generación y, tras reunirlos, dijo..."


El texto finaliza aquí, hasta nuestros días no se sabe si es que el escrito llegó incompleto, perdiéndose la parte restante, o simplemente, Platón no finalizó su elaboración.

¿Ustedes realmente piensan, que tal descripción, es fruto de un descontento con su actual época política y social?, Es una pregunta abierta, a todos vosotros, lectores.

Ahora, si la entrada es larga, realmente es porque lo merece.

El saber, no es comodidad, el saber, es cultura, es ir más allá de lo escrito. El saber, es discernir entre lo dicho y lo real.

Aurotes del blog: Erik & Pablo

Atlantida: Segunda Parte

Posteado por Erik | Posteado a las 15:44

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"En el centro de la isla (Atlántida) extendíase una llanura. reputada como la más bella y fértil de todas las llanuras, y casi en el centro de esta planicie se levantaba una colina, no demasiado alta. Alrededor de la colina, como ruedas de carro, aparecían dos anillos de tierra, rodeados de tres anillos de mar. En el centro de la colina estaba situado un santuario consagrado a Poseidón y a Cleito; rodeaba al templo un muro de oro... En los anillos exteriores de tierra se asentaban los astilleros y los puertos, rodeados por un muro denso de edificios, de casas... Todo esto producía en abundancia aquella isla santificada, cuando aún estaba bajo el sol." Tomado de "Critias y Timeo", de Platón.

Platón nos deja en sus escritos, la historia de la una civilización existente en un continente llamado Atlántida, donde la perfección no estaba lejos de lo que sus habitantes mostraban, un sistema de vida idílico desde la conducta de las personas hasta su desarrollo evolutivo, pero ¿qué pasó con esta tierra utópica? Pues fue destruida por los dioses al notar la soberbia de su gente. Ciertamente suena a una alegoría, una posiblemente basada en la ciudad de Hélice, a unos kilómetros de Atenas, cuya descripción se asemeja enormemente a lo relatado por Platón. Se dice que esta ciudad prospera y desarrollada, fue tragada por la actividad sísmica de la zona y luego sepultada por el mar. Debido a la distancia, no habría duda alguna de que Platón se haya enterado de aquel desastre y se haya inspirado para crear la Atlántida, ya que las descripciones de los sucesos se asemejan enormemente.

Esta teoría cobra fuerza debido a lo simple que vuelve todo, pero no fue Platón quien dio a conocer la existencia de la Atlántida, esto nos lleva a unos años atrás, empezando por un sacerdote egipcio, luego por Solón y terminando en Platón, lo que nos da a entender que Atlántida existía mucho antes de aquel suceso en Hélice, y si sumamos a eso que no sólo fue una ciudad, sino todo un continente, tenemos por descarte el sustento mas cercano a una alegoría y lo que nos lleva a una realidad no tan cercana pero presente.

El misterio de la Atlántida va más allá de los mitos sobre cristales recargables y tecnología avanzada. Puede que una civilización muy desarrollada para su época haya existido, quizás no como lo esperan algunos. Pero si sorprendente para el Platón de la antigua Grecia, que tomando su asombrosa imagen, quiso dejar para futuras generaciones la existencia de un continente que desapareció sin dejar huella.

Desde hace muchos años, científicos, historiadores, aficionados entre otros, han dedicado su vida a la búsqueda de aquel continente perdido hace más de 9000 años, interpretando cada uno a su manera, la ubicación de la Atlántida cruzando por el estrecho de Gibraltar (pilares de Hércules según la antigua Grecia), de modo que tenemos algunas posibles locaciones:

Los Andes Bolivianos.- El investigador británico Jim Allen, plantea una idea sobre la ubicación Atlante, ubicada en la planicie de los andes, un lugar rectangular que alguna vez estuvo cubierto de agua, con una colina rodeada de un circulo blanco. Un lugar donde abunda el oricalco, un mineral único de los andes.

Pero hay un pequeño problema que contradice al cartógrafo Allen; Platón también señala que la Atlántida podría entablar guerra con Grecia por el control marino debido a su ubicación. La salida al mar que plantea Jim es hacia el pacífico. ¿El oricalco? Hablamos de un continente perdido, en su tiempo pudo haberlo tenido también, además de que eran comerciantes; si se han encontrado hojas de tabaco y coca en sarcófagos egipcios ¿por qué no oricalco?

Las Bahamas.- Geográficamente se ubica en una posición interesante al relato de Platón, cuenta con la tierra, es una isla, etc. La prueba que refuta esta teoría fue simple, una piedra de la superficie sometida al carbono 14 señala que data de aproximadamente 10200 años, más o menos el tiempo que existió la Atlantida, pero si está en la superficie, deberían haber señas de la civilización también a vista.

Las islas Canarias.- Por siglos, se creyó que las islas eran las cumbres de las montañas del continente perdido, aquel sumergido durante miles de años y que espera ser descubierto, pero nada en concreto aún, muchos se han sumergido en busca de respuestas llegando a encontrar pruebas fáciles de refutar, o piedras con formas rectangulares, que en estudios muestra ser formada por la naturaleza, lo más próximo es el hallazgo de piedras con rocas con agujeros, similares a las antiguas anclas usadas. Nada en concreto.

Así como los mencionados, hay muchos otros lugares donde se deduce que pudo estar la Atlántida, algunos absurdos, otros más inquietantes, pero hay un tema que ningún documental que he visto o leído hasta ahora se ha planteado. Así como la Atlántida, debió haber otras culturas contemporáneas, más antiguas o más modernas con respecto a la mencionada, como por ejemplo el continente Mü, en el océano pacífico que ha inspirado juegos online. A lo que voy es ¿Qué tal si andan mezclando civilizaciones? En otras palabras, pude que anden encontrando indicios de una civilización extinta que no tiene que ver con la Atlántida pero la fe ciega hace que lo confundan, alejándolo del objetivo real.

¿Qué tal si la Atlántida no se ha hundido? Es decir, que sólo la ciudad quedó destruida en un día y una noche pero el continente sigue en pie y forma parte de otro. La tierra ha cambiado mucho desde hace 9000 años, las placas terrestres se han movido, el mar ha avanzado en unos lugares, en otro retirado. Hay que tener en cuenta que el agua es un disolvente por excelencia, y si a eso le agregamos sal y miles de años ¿realmente se cree que la Atlántida pueda seguir mostrando pruebas de su existencia? Y aquí repito la pregunta ¿Se está buscando bien?...

…¿Qué es lo que ha dicho Platón exactamente?


Autores del blog: Erik & Pablo

Atlantida: Primera Parte

Posteado por Pól | Posteado a las 21:43

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Atlantis, Ατλαντίς νησος, Atlantis nesos, isla de Atlantis. ¿Quién no sabe que significan esas pocas palabras?, películas, comics, libros... Infinidad de historias relacionadas con el ¿Mito?, del gran filosofo Ateniense, Platón, no han acercado o alejado, según se mire, la elegancia de una civilización que marcó un antes y un después en el concepto de urbe. ¿No?, diganselo a mundo Helénico de la época.

La búsqueda de la Atlántida ha constituido, y continúa siendo, un gran desafío. Los supervivientes de este mítico continente han dejado huellas por todo el planeta. ¿Pero, qué sabemos con certeza sobre su historia y sociedad?. ¿Y sobre su arquitectura y ciencia?. ¿Es posible precisar dónde se encontraba, por qué desapareció y qué tipo de civilización poseía?

Cuando Platón describió la existencia de la Atlántida en sus diálogos Timeo y Critias, algunos autores clásicos, coetáneos de filósofo, comenzaron a interesarse por el mítico continente. Plutarco, Estrabón, Plinio el Viejo y Diodoro de Sicilia, entre otros, tratan este asunto en alguno de sus tantos y grandiosos escritos.

Desde entonces, se han planteado infinidad de hipótesis para verificar la existencia de un continente, isla o siquiera, civilización, que con el paso del tiempo, los años y los siglos, ha llegado a convertirse en arquetipo de la civilización ideal, un gobierno legalmente perfecto (¿Un vago recuerdo a la tan famosa, Caverna de Platón?). La Atlántida siempre resuena en nuestros oídos como un viaje épico hacia el descubrimiento de lo desconocido, de lo misterioso. Su nombre continúa estimulando nuestra imaginación con su atrayente aura.


La Atlántida está a nuestro alrededor, como ha sugerido el escritor inglés John Michell. No se trata de un mero recurso retórico o banal. La presencia de numerosos restos arqueológicos y megalíticos ciclópeos en muchas zonas de la Tierra, levantados con orientaciones astronómicas muy precisas, supuestamente anteriores a la Edad de Piedra, sugieren que una civilización de grandes astrónomos e ingenieros precedió a la prehistoria humana.

La Atlantida hoy tiene más de mito que de cierta realidad. Nadie o muy pocos creen que un continente pudiese desaparecer en cuestión de 1 dí. Obviamente, no, pues Platón narra la destrucción de la capital en 1 día, más no del gran y basto imperio Atlante.

Muchos creen que los diálogos de Platón, son una cuestión alegórica. Una simple alusión a la dejadez humana, a la corrupción. De como una sociedad ideal, puede finalizar corrompida, quizás tengan razón, pues el desencanto de Platón con al actual gobierno de su ciudad, Atenas, siempre quedó más que patente.

Otros dicen que Platón escribió los diálogos para reflejar la catástrofe de la ciudad-estado de Hélice, una de las doce ciudades aquellas, que se encontraba en la costa entre los ríos Selinunte y Cerinites, y no lejos de Egio. Se cree que era la ciudad más antigua de Acaya.

Dicha ciudad fue devastada por un terremoto. En una noche, fue tragada literalmente por el mar y todos sus habitantes,perecieron bajo las aguas del Egeo. Platón, muy consternado (Tengamos en cuenta que Hélice era una ciudad prospera. Era centro de comercio muy importante),escribió esos mencionados diálogos para su desahogo...

Lo pongo en duda. ¿Por qué?,la descripción tan sumamente detallada del continente, sus costumbres, política, arte, economía, fauna, flora, armamento, forma de vida... deja en duda que sea un simple mito o invención.

Mito o realidad, lo cierto es que nunca nos dejará de encandilar los Atlantes y su forma de vida.

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Muy buenas noches a todos y a todas, primeramente. Quiero darles las gracias a todos ustedes, conocidos y desconocidos, por leer estas humildes palabras, salidas de la mente de un inconforme, un romántico en cuanto a la historia humana se refiere.

Este blog será escrito por 2 autores, los cuales, les une, además de una profunda amistad, su sed común por la historia en general. Por esos mitos los cuales pasan a la historia como eso, simples leyendas... Pero no olvidemos que toda leyenda, todo mito, todo cuento, tiene una base real. Nosotros, nos encargaremos de indagar en esa base, intentando hacerles llegar con total imparcialidad, lo que humildemente, sepamos.


Atentamente, Pablo/Elaryan

Autores del blog: Erik & Pablo